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Por cristian.gomez
06-11-2023
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El 1 de agosto de 2008 me hice del Fluminense.
Acababa de llegar por primera vez a Rio de Janeiro. No sé si ya intuía que esa ciudad se convertiría en un lugar importante, muy importante, de mi vida.
Amante del fútbol, no iba a dejar escapar la oportunidad de presenciar un partido en el mítico estadio de Maracaná, como no dejaría escapar la oportunidad de desfilar en el Carnaval carioca algunos meses más tarde.
“¿Quién juega?” “Fluminense-Internacional”. “Lo que sea…”. Así, mi amiga Franciana y yo, nos dirigimos al estadio para ver este partido del campeonato brasileño.
Estadio vacío. Apenas unos irreductibles seguidores de las “torcidas organizadas” detrás de una de las porterías. Estamos al otro lado. Solos… Qué sensación tan extraña. El gran Maracaná, apoteósico antes de la última reforma que -por dentro- lo descaracterizó, falto de vida,
“¿Qué pasa? Yo pensaba que los cariocas llenaban los estadios a cada partido…” . Entre las causas, pues hay varias: como los precios de las entradas, la violencia y el peligro en el ir y venir, pero la principal razón para ese ambiente frío y sombrío es una: Hace pocas semanas el Flu ha perdido en los penaltis, en este mismo estadio, la final de la Copa Libertadores. Tras empatar la final tras un resultado adverso en Ecuador, y empezar perdiendo el partido final, no es capaz de superar a un aguerrido LDU de Guayaquil, que se alza con la corona que, sin duda, le correspondía al Tricolor.
Duro golpe. Durísimo. Y yo, como todavía no me había siquiera imaginado torciendo para ese equipo, lo viví con indiferencia, incluso con un cierto desdén, desde mi recién habitado apartamento en São Paulo. “Qué cretino fuiste me dije en el futuro…”
En fin, en el descanso del partido le digo a Franciana: “Vamos a juntarnos con los de las banderas, esto así es deprimente” Ahí nos fuimos, y pasamos un segundo tiempo de los más divertido, entre aquellos incondicionales seguidores que no pararon de animar ni un minuto, pese al “frío”, pese a “LDU”, pese a todo…Una historia de amor.
Y de las cenizas de esa final de 2008 se levantó un equipo ganador. Mismo siendo capaz de perder una nueva copa al año siguiente, esta vez la “Sulamericana”, y contra el mismo (ya odioso rival) el LDU; en los años 2010 y 2012 levantó el trofeo del campeonato brasileño. Sucesivamente, algunos campeonatos cariocas y finalmente, hace un par de días(muchos aún festejan), le historia le devuelve lo que es suyo, la Copa Libertadores de América 2023 tiene dueño: FLUMINENSE F.C.
Maracaná, ahora sí, vio coronarse al Fluzão. Delante, nada más y nada menos que Boca Juniors. El todopoderoso hexacampeón de la competición. Mucho mejor así, contra un grande.
Es 2023, han pasado 15 años, y estamos en paz. Y vibro. En mi edificio han oído celebrar los goles de Cano y Kennedy. Estoy lejos pero estoy cerca. Estoy. Soy Tricoloooooor.
Feliz, por mí y sobre todo por mis amigos tricolores que se merecen más que nadie esta copa, que nada y TODO importa.
Sou Tricolor de coração
Sou do clube tantas vezes campeão
Fascina pela sua disciplina
O Fluminense me domina
Eu tenho amor ao Tricolor
Salve o querido pavilhão
Das três cores que traduzem tradição
A paz, a esperança e o vigor
Unido e forte pelo esporte
Eu sou é Tricolor!
Vence, o Fluminense
Com o verde da esperança
Pois quem espera sempre alcança
Clube que orgulha o Brasil
Retumbante de glórias e vitórias mil
Sou Tricolor de coração
Sou do clube tantas vezes campeão
Fascina pela sua disciplina
O Fluminense me domina
Eu tenho amor ao Tricolor
Salve o querido pavilhão
Das três cores que traduzem tradição
A paz, a esperança e o vigor
Unido e forte pelo esporte
Eu sou é Tricolor!
Vence, o Fluminense
Com o sangue do encarnado
Com amor e com vigor
Faz a torcida querida vibrar com a emoção
Do Tri campeão!
Vence, o Fluminense
Usando a fidalguia
Branco é paz e harmonia
Brilha com o sol da manhã
Com a luz de um refletor
Salve o Tricolor!
cristian.gomez
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cristian.gomez
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